lunes, 24 de agosto de 2009

Entrando en la conflictiva Colombia

Un taxi nos lleva al puesto migratorio ecuatoriano para sellar la salida, llueve muy fuerte. Corremos con las mochilas al hombro atravesando un puente y esquivando charcos por un par de cientos de metros más, hasta el puesto neogranadino. La cola es de 10 personas aprox. Un "arbolito" cambia dólares al mejor precio que los cambiaríamos en este país. Esperamos nuestro turno en la fila, entre unas barandas metálicas fijas que delimitan el camino al mostrador, atendido por una sóla persona.

De pronto, un colombiano aparecido como de la nada comienza a hablarme de diversos temas de actualidad y menciona a EE.UU., cuando ya se está hablando bastante de las bases militares en los medios. No respondo verbalmente, pero mi cara parece que sí y nombra el crecimient de China, esperando mi respuesta, q no llega. Entonces va al grano y me pregunta que opinión tengo sobre Colombia. Le contesto que me gusta hablar con conocimiento de causa, y que por tal motivo, podíamos hablar todo lo que él quisiera de mi país, Argentina. Respuesta suficiente para concluir el sondeo, acto seguido le acerca un café al uniformado que atiende detrás del mostrador en la oficina migratoria.

El plan viene bien. Falta poco para las 7:00 y estamos terminando el trámite. Nos propusimos cruzar temprano la frontera para evitar viajar de noche hacia Cali. Uno de los colombianos que conocimos en Machu Pichu puso énfasis en eso, aunque los otros dos no estaban de acuerdo. Un blog de un viajero neogranadino que consultamos en Quito nos terminó de convencer, al afirmar que tuvo que hacer escala en Pasto para evitar el trayecto nocturno.

Dicen que años atrás las guerrillas, nacidas como consecuencia del magnicidio de Éliecer Gaitán (la foto de su busto es de Bogotá, para el audiovisual) y posterior Bogotazo en 1948, controlaban las rutas del sur colombiano. La "seguridad democrática" uribista las ha replegado a la selva en la actualidad. Esta política interna incluye el accionar de grupos paramilitares con fuertes lazos con el gobierno nacional, dando origen a la "parapolítica", donde el narcotráfico, los asesinos y torturadores de campesinos y funcionarios de Estado intiman en una orgía de muerte. Un colombiano me diría días después que "Uribe es como un domador de tigres", hábil jinete de una situación complicada, pero apenas pierda las riendas, será comido por esa siniestra realidad. El accionar del gobierno también se apoya en la importante ayuda militar y económica de EE.UU.. Colombia es, después de Israel, el país que más armas y dólares recibe desde yanquilandia.

Volviendo al viaje, no pensamos en hacer escalas previas a Cali, aumentaría el costo y el tiempo, y como van las cosas, o Lau consigue una prórroga de las vacaciones o se vuelve a Baires desde Bogotá, en el peor de los casos. Desde Ipiales nos embrcamos en bus, arribando de noche al terminal caleño. Uno de los "echadores de vainas" que conocimos regresando de la ciudadela inca nos había recomendado un hotel algo alejado de la estación. El novato taxista desconoce esa calle, y hasta amaga no hacer el viaje, temiendo de que se trate de una "entrega" donde nosotros seríamos la presa. Un militar que custodia la salida del estacionamiento/parqueadero se acerca al notar la situación, hasta que un taxista experimentado le explica al joven chofer como llegar, y arrancamos.


Al día siguiente recorremos las principales avenidas y plazas (foto anterior). En las esquinas, una especie de "guardias urbanxs" tratan de inculcar hábitos de respeto a las normas de tránsito. Bingos, casinos y casas de apuestas abundan en la ciudad. Hace calor. La venta ambulante incluye maneras naturales de enfrentarlo. Con unas frescas rodajas de ananá /piña saciamos la sed.

Lau debe cumplir bien con sus labores en Baires, porque llama desde un locutorio para hablar con su jefe y le dan el esperado permiso para tomarse una semanita más. Está muy alegre por la noticia, ahora podrá apreciar parte de la belleza de la naturaleza y geografía venezolana y sentir la hospitalidad del querido pueblo bolivariano de la que tantas veces le he hablado. Teniendo en claro el punto de llegada de nuestro periplo suramericano, la estadía caleña acaba esa misma noche, y Bogotá es la próxima escala.

jueves, 20 de agosto de 2009

En Quito, un fin de semana tranquilo.

En la mañana del 11 de julio, el bus nos deja en una pequeña estación de la empresa de transporte, la terminal principal esta más alejada del centro de la ciudad. Conseguimos un hotel a pocas cuadras, algo escondido y económico. Comenzamos a desempacar las pesadas mochilas para una ducha reparadora. Dormimos poco en el viaje, la temprana siesta se impone.

Buscando conocer mejor la situación nacional ecuatoriana, hacemos zapping en la tv. En la emisión de Vanguardia, programa del Magisterio de la Unión Nacional de Educadores del Guayas, el editorialista afirma que cuando un pueblo quiere a su presidente, sale a defenderlo, como los hondureños movilizándose contra el golpe y por el regreso de Mel Zelaya. Y compara esa situación con la de su país, recalcando el impacto negativo que genera la presencia de inescrupulosos "personajes arribistas" en el gobierno nacional. La UNE es el sindicato más grande del país.

También vemos fragmentos del habitual programa semanal del presidente Correa. Con un estilo irónico y batallador, y enfrentando una oleada mediática adversa, cita entre otras cosas, grotestas tergiversaciones intencionales de las empresas de prensa sobre distintos hechos que marcaron a la sociedad ecuatoriana recientemente.

En un canal privado, un "prestigioso periodista independiente" que trabaja a sueldo para esa empresa, defiende apasionadamente el golpe de Estado en Honduras. En el segmento anterior, otro opinólogo comentaba sarcásticamente las alocuciones críticas de Rafael Correa sobre el rol de los medios y su manipulación de la realidad.

En la tarde salimos a caminar por el centro quiteño. En la plaza de la Independencia, varias personas discuten de política alrededor de un cartel sostenido por 2 o 3, donde aparecen retratados todos los empresarios y políticos que vaciaron el país en las últimas décadas. Para mi sorpresa, la imagen de Correa también aparece, aunque con un signo de interrogación abajo. Estas muy pocas personas manifiestan sus dudas frente a la casa de Gobierno, y nadie les dice nada. ¿Donde esta la censura que gritaba el guayaquileño? Deberá ir a buscarla a alguna sesión espiritista.

En la zona céntrica todo cierra temprano, y terminamos yendo a la calle Calama, donde nos recomiendan que hay varios sitios para "rumbear". Es la primera noche que salimos a bailar durante este periplo suramericano. La mencionada arteria es una versión mas reducida de la Alem marplatense. Sitios medianos o chicos uno al lado del otro, no cobran entrada y publicitan ofertas de tragos en pizarras a la calle. A pesar de ser sábado a la noche, no vemos demasiada gente; para los que conocen el oeste bonaerense, la Gaona en Ramos Mejía es muchísimo más transitada. La vida nocturna termina temprano x estos lares, y antes de las 3:00 estamos regresando al hotel.

El domingo, cerca del mediodía, compramos en la terminal los pasajes hasta Tulcán, y de allí, trole mediante, volvemos a las cercanías de la Plaza de la Independencia. Encontramos una casa de comidas italiana, donde deleitamos paladares con unos helados espectaculares. Casi todo cerrado. Lau quiere comprar algunos recuerdos y tenemos tiempo, en la feria artesanal continua el recorrido. Muchos y angostos pasillos son transitados mayoritariamente por turistas del "first world". Los pequeños locales, abarrotados de mercaderías, ofrecen bastante variedad de productos, aunq no como en Bolivia. Una remera estampada con un dibujo "musical" de Guayasamín es mi adquisión.

Cae la tarde, la feria está cerrando y tenemos hambre, así que regresamos al mismo sitio de antes y nos catigamos con una pizza contundente. Caída la noche, caminamos a la plaza. Nos llama la atención que, siendo mas de las 20:00, dos grupos de más de 10 personas cada uno, discuten acerca de la realidad política. Si bien desde distintos sectores populares se le piden mayores definiciones al Ejecutivo, Correa es el 1º presidente ecuatoriano elegido por mayoria simple en 30 años, en un país donde entre 1996 y 2006 ninguno terminó su mandato. Surgido como referente contra la entreguista politica tradicional, carece de una organización política pre-existente, y debe conformar una nueva, Alianza País, donde se suma de todo, incluyendo arribistas no deseados por el pueblo. De todas formas, Correa ha tomado decisiones de peso importantes como la no renovación de la base militar yanqui en Manta y su alineación al ALBA, además de apoyar el Banco de Sur entre otras.

Mientras seguimos escuchando las apasionadas conversas de fondo, tomamos las fotografías que ilustran esta entrada en los alrededores de la plaza, el Palacio de Carondelet, el Monumento a los Héroes de la Independencia. Algunas familias que transitan por el lugar, también se retratan junto a la escultura. Antes de las 22:00, nos vamos a buscar las mochilas y desde allí a la terminal. El bus sale a las 23:30 hacia la ciudad fronteriza. Tras 260 km sin inconvenientes, llegamos antes de las 5:00 a Tulcán. Esperamos durmiendo en las butacas, como el chofer y su acompañante, hasta las 6:00, hora en la que habren el puesto migratorio para sellar la salida de Ecuador y entrar a la conflictiva Colombia.

miércoles, 12 de agosto de 2009

"Guayaquil City", primera escala ecuatoriana

Es la mañana de un nuevo aniversario de la independencia de "las Provincias Unidas en SudAmérica", como consta en el acta firmada en el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816. Estamos recorriendo el trayecto desde Tumbes hacia el límite con Ecuador. El taxista nos comenta que esa ruta, hacia Machala, es muy usada para contrabandear mercancías. Va acompañado de otra persona joven, de bigotitos, que al llegar a la zona de frontera se baja del carro y nos guía x 3 cuadras llenas de venta ambulante. Cuando ubicamos la pequeña estación desde donde parten los omnibuses rumbo a Guayaquily, me solicita una módica suma en soles por el apoyo logístico.

Compramos algo para comer y beber arriba del micro, y nos dan el precio en el billete verde sobre-emitido en casi 20 veces. Es que la economía fue dolarizada en el año 2000, cuando el establishment aplaudió al gobierno de turno que entregó la soberanía monetaria a cambio de una publicitada "estabilidad", que mantuvo en ascenso la emigración a España y EE.UU. principalmente.

5 dólares nos cuesta cada boleto a la "Guayaquil City" a la que le cantaba Mano Negra. El omnibus esta bastante baqueteado, sin aire acondicionado, viajamos con las ventanillas abiertas. Durante varios km del recorrido, a ambos lados de la ruta se extienden interminables plantaciones de bananas. Por estas latitudes, la naturaleza ofrece un clima muy propicio a los cultivos y para reafirmarlo, un vendedor ambulante ofrece frescas ensaladas de frutas invitando a los pasajeros con picardía y a viva voz: "¡enfrútate, enfrútate!"

Comenzando la noche llegamos a la ciudad costera, centro económico del país y gobernada por un alcalde adverso al presidente Correa. Nos sorprende la megaterminal de buses, un moderno edificio que cuenta con un centro comercial anexo y varios pisos desde donde parten los vehículos. Estamos cansados y las mochilas parecen pesar el doble. En el mostrador de informacion, entrando a la zona "shoping", nos dan un par de opciones de hostels. Elegimos la más económica y relativamente cercana. Mientras un taxi nos lleva a destino, la radio transmite desde Quito el triunfo por 3 a 0 de la Liga vs el Internacional de Porto Alegre, por el partido de vuelta de la final de la Recopa Sudamericana. Despues de viajar sin parar desde Lima, el sueño nos vence por una goleada más demoledora que la sufrida por los brasileros.

En la mañana, el malecón Simón Bolívar es nuestro destino inmediato. El trole nos deja a 2 cuadras del Parque Centenario (en la 1ª foto). Enrejado y prolijo, atravesamos el concurrido espacio verde entrando en la importante avenida 9 de Octubre. A mitad de camino, nos llama la atención una actividad que se realiza en plena arteria principal. Una persona critica el accionar del gobierno nacional, acusándolo de atacar la "libertad de expresión" de la prensa. Algunas decenas de personas lo escuchan, quienes estan vestidas con remeras negras estampadas para la ocasión, son parte de su troupe. Además, cuenta con el apoyo de un canal de televisión privado q registra cada una de sus palabras, un amplio gazebo para hacer sombra y el equipo de sonido que amplifica su voz. Como en Venezuela, las empresas comunicacionales transmiten la realidad que quieren. La censura es sólo un fantasma al que el orador, elevando su tono de voz, pretende invocar.

Dejamos a cada loco con su tema, y nosotros seguimos con el nuestro, que es conocer el malecón Simón Bolivar y el Hemiciclo de la Rotonda. Allí nos espera el monumento que inmortaliza el histórico encuentro de Simón Bolívar y José de San Martín. Tenemos que esperar para la foto, esta toma es muy requerida por turistas y transeúntes. Las figuras de los Libertadores de América están acompañadas de ofrendas florales albicelestes, los colores de Argentina y Guayaquil. En la parte superior de la estructura que enmarca la estatua, firmes mástiles enarbolan las divisas de los países que integramos la Patria Grande por la que lucharon ambos líderes.

La costa citadina, a orillas del río Guayas, ofrece una amplia y cuidada explanada, que recorremos de punta a punta. Algunos cientos de metros antes de llegar al final del malecón, flota anclado el buque escuela ecuatoriano. Un centro comercial señala el fin del paseo público. A su lado, amarrado al muelle descansa el Morgan, un barco con bandera pirata que funciona para diversión infantil. Estas últimas modificaciones son obras del actual alcalde, que también pretendió reemplazar el nombre del "antiguo" malecón Simón Bolívar por Malecón 2000. ¿Será que no le gusta el nombre de quien, como escribía Neruda, "despierta cada cien años, cuando despierta el pueblo"?

Pasado el mediodía, preguntamos como llegar a la playa y una joven pareja nos orienta al detalle. Subimos al trole hasta la terminal y desde allí, un bus hasta Playas, sitio publicitado como el 2º mejor clima del mundo. Después de algo más de 1 hora y media de viaje, nos encontramos con el mar Pacífico por primera vez. El agua, que parece algo fría, y el viento, son sólo detalles, y me sumerjo por primera vez en aguas del océano más grande del planeta. Antes de irnos, comemos un plato de mar en un restaurancito playero, mientras el sol cae tras el horizonte. Pasada la medianoche arrancamos en bus desde Guayaquil hacia la capital ecuatoriana.

lunes, 10 de agosto de 2009

Lima, en medio de jornadas de paro

7 de julio. Llegamos a la mañana a una militarizada Lima. Apostados en esquinas estratégicas, carros de combate y soldados portando armas largas controlan las calles. Le pregunto al chofer del taxi que nos lleva al hotel a qué se debe todo esto. Contesta midiendo sus palabras, y dice que son acciones del gobierno para frenar el rechazo de la gente a algunas de sus decisiones. No se parece a los tacheros argentos fanáticos de radio 10. Aunque de fondo, acompañando el tenso clima sociopolítico que se respira, la emisora sintonizada en el carro difunde la publicidad oficial del APRA. Bajo los eslogans de "no a la violencia" y "no al paro chavista", el partido de gobierno sigue la línea imperial contra el presidente venezolano y criminaliza las jornadas de protesta popular convocadas por diversas organizaciones.

Después de registrarnos en el hotel, salimos a recorrer Lima. Las tapas de los diarios dividen su atención entre una cantante acusada de matar a su amante femenina y la conflictiva situación política del país. Entre estos, uno le da duro al paro, otro asuza el nacionalismo, criticando la inversión militar chilena. Lau compra un ejemplar de "La Razón", nuestra sorpresa es mayor cuando leemos recuadrada en la página 3, una nota titulada "Advierten que participan extranjeros para azuzar". Allí el diario reproduce declaraciones de una ministra nacional, quien lanza un llamado de alerta ante "claros indicios de que algunos ciudadanos extranjeros están ingresando al país para azuzar a la población a que incurra en actos de violencia" durante las jornadas del paro.

Así estan las cosas en el Perú que adscribe al TLC con EE.UU. y critica al ALBA. Después de esta "calurosa" bienvenida, caminamos "distendidos" hacia el centro. A mitad de andar cambiamos de destino, ahora nuestros pies nos llevan a la casa museo dedicado a José Carlos Mariátegui. Las paredes entre las que vivió el Amauta muestran fotografías, libros, revistas que él editaba. En el salón principal de la vivienda, convertido en auditorio, se mantiene el Rincón Rojo. En ese espacio, el fundador de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) se reunía a debatir sobre la realidad peruana con sus compañeros. El profesor responsable del lugar acepta retratarse llaves en mano para el audiovisual que acompañará al libro sobre el monumento al Che y nos invita a sentarnos en ese histórico sitio, donde intercambiamos pareceres sobre la coyuntura peruana y sus posibles derroteros. El clima es ameno y nos quedamos a una charla sobre la problemática educativa en el Perú. Al terminar el encuentro, un joven militante con alma de poeta nos resume la historia de las organizaciones populares de su país durante el Siglo XX, explica la fragmentación actual y nos invita a concurrir mañana al acto organizado por la CGTP en apoyo a las jornadas de paro.

Al día siguiente, salimos temprano hacia las oficinas de una de las empresas de transporte, Lima no cuenta con una terminal de buses. Tenemos dudas si podremos viajar pero conseguimos boletos a 60 soles por persona para las 17:30. Resuelta la continuidad inmediata de la larga travesía, nos queda tiempo para almorzar y darnos una vuelta por la plaza 2 de Mayo. Ese es el punto de convocatoria a la movilización, frente a la sede de la central sindical embanderada con una foto del principal referente del marxismo latinoamericano junto a una frase suya: "Las masas reclaman unidad". Variadas organizaciones dan su presente e incluso sube como orador a la tarima Ollanta Humala, candidato a presidente en 2006, que ganó en 1ª vuelta pero perdió el ballotage frente a Alan García. Nos cuentan que esas elecciones fueron amañadas, le cambiaron el rival al candidato nacionalista. La candidata conservadora quedó como 2ª, adelante del ex presidente García por muy poca diferencia. Acto siguiente, inflaron los numeros del histórico APRA, quitándole a Humala sobre todo el voto rural y el del ala más radical del aprismo, que hubiera rechazado de plano apoyar a la derecha declarada.

Terminado el acto, fuertemente custodiado, no vemos ninguna cámara de tv que lo haya cubierto. Un helicóptero policial esta sobrevolando la zona desde minutos antes del inicio de la marcha. Nosotros aprovechamos el poco tiempo que nos queda para visitar, cámara en mano y muy rapidamente, la plaza San Martín, la transitada peatonal, la Plaza de Armas. A su alrededor se erigen el Palacio de Gobierno (en la foto), la catedral y otros edificios de centenaria y vistosa contrucción. A pocos metros del convento de San Francisco, sobre una desierta calle Lampa, noto una unidad de exteriores de un canal de tv privado con el motor y luces encendidas, y 3 personas dentro, esperando... El reclamo popular no es noticia, si hay disturbios, si. Con esa última imagen nos despedimos de Lima. Hasta Tumbes tenemos 1.256 km por la Panamericana. Con películas que no vemos, azafata de a bordo y el infaltable cinturón en cada butaca, iniciamos el largo camino a Guayaquil, Ecuador.

De las Ruinas a la capital desde donde se arruina al Perú ...

Al bajar de Machu Pichu necesitamos sólo 2 cosas, una buena ducha caliente y dormir. Al mediodía del 5 de julio emprendemos el retorno a Cuzco. Como a la ida, nos toca tren hasta la Hidroeléctrica, y desde allí una traffic. Para grata sorpresa nuestra, la mayoría somos suramericanos. Los mas echadores de vaina, los colombianos. Nos caen bien, y en un "exceso de confianza" me preguntan por aquel famoso 5 a 0, (me pregunto ¿acaso es lo mas importante que hicieron furbolìsticamente en su historia y por eso lo recuerdan tanto?) . Les contesto con una sonrisa: "¿en que mundial fue eso, parce?" Sienten el golpe en medio de las risas generales.

Al atardecer, aunque la música es variada, el sueño va ganando a la mayoría, que venían de hacer Huayna y Machu Pichu en menos de 5 horas. El viaje se hace más largo porque el freno no funciona muy bien. Al transitar la ruta en la zona de Abra Málaga, el joven y experimentado conductor aparca el carro a la orilla del camino. El motivo, la hermosa Verónica se deja ver en todo su esplendor a través de las nubes, iluminada por la luz de la luna. Lamentablemente, esas bellas imágenes las registramos con la cam de Lau, y en el ciber donde las quiso bajar le grabaron mal el cd perdiendo toda la información de esos días.

Llegamos a Cuzco de noche. Recién en la mañana siguiente, comenzamos a retomar en pensamiento y acción el ritmo urbano. Averiguamos por internet posibles alojamientos en Lima, chequeamos las casillas y seguimos algunas noticias agentas como también sobre el golpe de estado en Honduras. Pasado el mediodía, nos vamos del hotel a la cercana terminal en taxi, por 4 soles. Es el mejor sitio para conseguir buses a la capital peruana, tanto por opciones horarias, como principalmente por el costo del pasaje, 70 soles. En las agencias cercanas a la plaza cusqueña, zona muy turística, se vende el mismo recorrido al doble de precio. En esta travesía Buenos Aires - Caracas ahora nos toca un largo trayecto, 1.160 km aprox., y aprovechamos para recuperar sueño. Se duerme más tranquilo al viajar en un bus equipado con cinturon de seguridad.

Machu Pichu, la montaña vieja

Tras un breve descando de aprox. unos 30 minutos sentados a la sombra, buscamos un guía. De haber participado a la mañana del recorrido pautado por el tour, no hubiesemos escalado el Huayna. A la tarde no permiten el acceso. Encontramos uno que recién comienza su explicación a 4 norteamericanos, 3 rubias muy blancas y bien alimentadas, y un chamito, ninguno supera los 22 años. Los orioundos de gringolandia entienden el español, asi que rapidamente acordamos dividir el costo entre los 6. Al presentar el trayecto a realizar, el guía, peruano, nos dice que visitaremos algunos sitios importantes del complejo arqueológico, pero no todos.

Uno de los primeros sitios donde nos detenemos es en las terrazas: ahora, muestran un prolijo y cuidado césped, similar a un campo de minigolf; antes, permitian las plantaciones de alimentos en la altura. Las terrazas se contruían levantando muros de piedra de una altura que permitiera rellenar esos espacios con grava, arena y tierra. En uno de los laterales de ellas, unas habitaciones ventiladas cumplían la función de graneros, almacenando alimentos disecados, como papa, granos y carne. Ese es otro rasgo importante de la cultura inca, planificaban la soberanía alimentaria produciendo excedente, no para acumular sino para cubrir necesidades de la población que no podía trabajar por motivos como avanzada o corta edad, embarazo, movilidades reducidas, etc.

En medio del recorrido, el peruano hace una mención que celebro internamente y pensé que no diría, teniendo en cuenta la nacionalidad mayoritaria del contigente de clientes-turistas que lo escucha con atención. Al nobrar a Hiram Bingham, le da el título de divulgador del complejo arqueológico, y se encarga de aclarar que los verdaderos descubridores fueron los campesinos de la zona, quienes, por su ignorancia, no tenían idea de la magnitud de su hallazgo. Asimismo, comenta que la Universidad de Yale financió el proyecto del explorador, militar y político yanqui, y que la famosa casa de estudios se apropió de miles de piezas alli encontradas, de importantísimo valor arqueológico. Remata el comentario diciendo que el Perú reclama su devolución desde hace décadas sin resultados. La cara de los norteamericanos expresa el desagrado que sus bocas no transmiten.

Al avanzar por los sitios que nos lleva el guía, nos señala templos dedicados al Sol, al Agua, como divinidades a quienes rendían tributo. El respeto que tenían los quechuas por la madre naturaleza se asentaba en lo religioso y se expresaba en todas las áreas de su quehacer. Por ejemplo, sus contrucciones se integran al medio natural, a tal punto que la Puerta del Sol, y otros edificios, estan alineados astronómicamente. Es más, nos cuenta el guía que sabían leer a la Pachamama hasta en terminos geológicos y asi identificaron una falla geológica que atravesaba el sitio elegido para erigir la ciudadela. Por tal motivo, sobre ella no construyeron nada, sino que la utilizaron como desagüe pluvial.

Según este guía, el 90 % de los edificios existentes en Machu Pichu son originales, y se distinguen 18 formas arquitectónicas de erigir sus muros. Los templos religiosos, los espacios funerarios dedicados a los reyes incas y demás contrucciones importantes se destacan por un ensamble de piedras que tiende a la perfección, e incluyen trabazones antisísmicas. Sobre este punto, incluso muros que a simple vista parecen desprolijos, mantienen el mismo caracter de permanecer de pie en plena montaña a pesar de los sacudones telúricos. Señalando una piedra grande, de mas de 1 metro de diametro, en medio de una pared y apoyada en otras 4 ó 5 bastante más pequeñas, nos dice que éstas funcionan como "amortiguadoras" o niveladoras de aquella.

En la zona baja de la ciudadela estan las edificaciones empleadas para alojamiento de la población trabajadora, que varía si se trata de orioundos del mismo sitio o de personas traídas desde otras regiones. Los incas dividían su imperio en 4 regiones, y Machu Pichu era la sede de una de ellos.

En la misma ciudadela, existe una cantera que proveía a los quechuas lel material necesario para sus edificios. Allí, el guía nos explica la forma de tallar la piedra tomando como ejemplo un bloque cortado por un investigador europeo hace pocos años. Con la misma tecnología de antaño, le hizo muescas a la piedra, para luego palanquearla hasta quebrarla por la línea trazada. Para mostrarnos el desgaste y alisado de la superficies de los bloques, toma una piedra de mayor dureza que las empleadas para los edificios incas, y la frota sobre un trozo de éstos.

Al entrar en una habitación dedicada para preparativos ceremoniales, el guía le da un nuevo beso a la botellita que lo acompaña, la bebida alcohólica es "su trago energizante" le explica a una de las norteamericanas que le preguntó que era lo que tomaba.Después de aprox. 2 horas de responder preguntas y brindarnos información sobre el pasado inca, el guía se despide, a eso de las 15:30, recomendándonos la subida hasta la Casa del Guardia, que el ni siquiera amagó hacer en ningún momento. Inti sigue radiante desde el cielo. Al comenzar el ascenso a través de varias y largas escalinatas, nos topamos con numerosas llamas. Algunas pastan en las terrazas, otras transitan las escaleras con total comodidad. Estan "inventariadas" con una etiqueta en sus orejas, y cumplen el rol de ser una atracción turística más. Hasta pareciera que muchos les toman más fotos que las mismas ruinas.

Desde la casa del Guardia, otra guía se ofrece a sacarnos unas tomas a nosotros con la típica toma de postal de Machu Pichu, donde algunos ven al Huayna Pichu como la nariz de un rostro humano acostado. Seguimos hablando con ella y nos cuenta que el recorido del Camino del Inca, tour al que se dedica, ha perdido todo espíritu de aventura. El interesado en realizarlo cuenta con todo lo necesario ya previsto de antemano, el agua para higienizarse, la alimentación y las carpas, sólo debe llevarse una bolsa de dormir y unos cuantos billetes.

Sentados a la sombra en una pequeña escalinata, Laura y yo observamos la ciudadela por largos minutos. Entre silencios, intercambiamos comentarios. Primero brotan nuestras propias percepciones del estar allí, en medio de las ruinas, adonde viajábamos pero con la imaginación pocos meses atrás. Y la misma dinámica de la conversa nos va llevando a comprender porque hablamos de "las ruinas" como el legado mas importante que ha dejado una cultura tan desarrollada.
Así, entre críticas y lamentos, nos referimos a la fuerte división interna que sufrieron los incas, por la cual a los conquistadores les fue relativamente sencillo comenzar a cortar y desangrar las venas abiertas de Nuestra América latina, implantando el modelo de saqueo colonial que se continúa en nuevas formas. También, admiramos la capacidad de la cultura originaria para construir, en medio de las pedregosas montañas, una ciudad no sólo bella a los ojos sino sustentable para la población y el medio ambiente.

El pasado, la historia, nuestra historia, esta ahí, para quien lo quiera ver. Y nos sigue hablando y orientando en como pararnos en el presente. Si escuchamos o no, es cosa nuestra.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Huayna Pichu, la montaña joven

4:30 dejamos el hostel con la viandita mínima que en el contrato del tour figura como desayuno y nos dirigimos por la calle paralela al río, corriente abajo. La oscuridad es total y el frío muy húmedo. Un grupo de europeos que caminan delante nuestro con una linterna, cortan la noche con una luz que alcanza a iluminar 1 a 2 metros por delante de sus pies. Cruzamos uno de los puentes y caminamos unos cuantos metros mas hasta que adivinamos entre la vegetación el primer tramo de las escalinatas por donde ascenderemos.

Los escalones de piedra, incrustados en la ladera de la montaña, son desiguales, aunque firmes. A medida que continuamos el ascenso, la agitación aumenta y celebramos internamente cada una de las interseciones entre el camino peatonal con la sigsagueante via de tierra por donde transitan los buses (abajo a la izquierda en la foto panorámica) . A pesar del frío, las remeras estan mojadas. A la hora de iniciado el trayecto, ya no necesitamos linternas, ha comenzado a aclarar. Después de más de 2 horas de caminata, con varias paradas para tomar agua y aire, llegamos al control de acceso.

Me cambio la franela totalmente mojada y me quito la campera a pesar del frio reinante. Una vez adentro, las nubes no dejan apreciar las ruinas y cruzamos la ciudadela hacia el otro extremo, buscando la entrada del Huayna Pichu. Son cerca de las 7:00. La cola para registrarnos es larga, el repeletne nos evita potenciales picaduras de sancudos. Al ingresar, dejamos nuestros datos y hora de ingreso, a la hora de salir también marcaremos tarjeta. Es la forma mas segura que tienen los cuidadores para saber si alguno se cayó por alguna ladera y nadie se percató de ello.

Para cuando iniciamos el ascenso a la fortaleza militar de la "montaña joven", Inti nos vuelve a guiñar el ojo y comienza a aparecer con toda su fuerza, disipando las nubes que escondían tanta belleza. Aún desde allí, las aguas del río Urubamba, en el fondo del cañón, se hacen oir. Cierro los ojos e imagino que es el murmullo de los incas esondidos en la selva, protegidos por la vegetación y decididos a recuperar sus tierras.

Esta subida también es a través de petreas escaleras, aunque a diferencia de los quechuas originarios, los turistas contamos con la ayuda de sólidos tensores para los tramos más empinados. Superada la mitad del recorrido nos encontramos con la primer terraza, la vista a la "montaña vieja" es impresionante, nos deja anonadados por unos minutos. Desde esa altura, la ciudadela aparece completa a nuestros ojos, recortando la vegetación montañosa, enmarcada por una ladera abrupta en medio de las montañas; el celeste del cielo y las blancas nubes completan la postal no tradicional de Machu Pichu. La ultra difundida es tomada desde la Casa del Guardia, con el Huayna Pichu, que estamos subiendo, de fondo.

Continuamos el ascenso, haciendo pausas para registrar el espléndido paisaje. Nos sorprenden unos escalones muy especiales, que desafían la gravedad incrustados en las paredes de piedra. A través de ellos se accede a algunas terrazas de uso táctico miliar, no agrícola. Un francés que venía detrás nuestro no se anima a subir por ellas, pero una chica oriental le toca el orgullo con su ejemplo y no le queda mas remedio q seguirla.

Huayna Pichu, nos contaría el guía por la tarde, era una fortaleza para resistir un posible asedio a la ciudadela. Ascendiendo esta montaña, podrían darle una vía de escape a la población del otro lado, descendiendo al río, mientras demoraban a los conquistadores desde una posición inmejorable y con acopio de alimentos garantizado, más abastecimiento de agua permanente. Esas ventajosas condiciones lo transformaban en un punto casi inexpugnable, imposible de asediar. Aunque los conquistadores conocieron Machu Pichu, no se interesaron en controlarlo, centraban si interés en valles fértiles, afirmaría luego el guía.

A medida que seguimos descontando escalones en la búsqueda del punto mas alto de la montaña, entramos a un pequeño tunel que culmina en una escalinata esculpida en la piedra, y pocos minutos después alcanzamos la cima. Alli, tallada en la piedra, permanece estoica la silla del Inca. Actualmente se le atribuye un uso religioso a ese sitio, y se lo denomina el templo de la Luna, pero me llama la atención que es muy distinto en su conformación al elaborado templo del Sol y no presenta ninguna contrucción ni piedras trabajadas con la esmerada técnica que los quechuas le dedicaban a las contrucciones de importancia.

En los alrededores de la cima nos quedamos unos cuantos minutos, mirando con insansable curiosidad y goce el paisaje natural desde la otra ladera de la montaña. Una pendiente rocosa (en la foto anterior) es el inicio al descenso, algunos nos animamos a bajarla a pie; el riesgo no es tanto, en caso de tropezarme, sólo me estrellaría con un gran bloque de piedra, no caería al vacío. Una especie de "guardaparque" de los varios que rondan por la cima ayuda a Lau a bajar por ese plano inclinado.

Estamos transitando por un camino diferente y despues de varias escaleras empinadas, encontramos la casa que, siempre según el guía, funcionaba como depósito de suministros (en la foto con el río de fondo). Desde alli, terrazas de por medio, retornamos al mismo trayecto por donde subimos y hacemos una parada en un costado para comer algo de queso y galletas que cargo en la roja mochila. Las frutas estan prohibidas. Casi al terminar el descenso, otro sendero nos conduce a una cueva, pero nuestras piernas estan cansadas y el yanqui que viene desde allá no nos motiva mucho con su relato del lugar.

Ya nuevamente en la ciudadela, al girar sobre nuestros talones y observar en toda su magnitud al Huayna Pichu, lo miramos y nos miramos con nuevos ojos. Para nosotros, la montaña joven dejó de ser un elemento decorativo del entorno del complejo arqueologico; y, en nosotros, el envión anímico de haberla escalado hasta la cima neutraliza el cansancio físico y nos motiva aún más a recorrer Machu Pichu en lo que queda de la tarde.


Hacia Machu Pichu, escala en Aguascalientes.

Pasadas las 8:30 de una hermosa y soleada mañana, la traffic nos recoge en el hotel, con todos los asientos ocupados. Asi que tenemos la suerte de viajar adelante, iniciando una interesante y variada conversa con el chofer, el otro hispano parlante a bordo.

Apenas saliendo de la ciudad, notamos una gran cantidad de casas construidas con ladrillos de adobe, que se obtiene de los mismos terrenos en desnivel donde los lugareños erigen sus casas. El conductor del micro destaca el aislamiento térmico del material y la ventaja de agregarle aditivos para asegurarle varias décadas mas de óptima utilidad. La misma madre tierra que da los frutos de la vida brinda su arcilla, que se transforma en hogar al pasar por las manos de los trabajadores.

A medida que nos alejamos de Cuzco, en los prados circundantes apreciamos una vistosa gama de colores, entre verdes y marrones, que varían de acuerdo a las plantaciones y a la composición del terreno si están recién arados. La música andina no da descanso a los oídos, si bien hay temas que nos gustan, el mp3 es interminable y sólo lo disfruta quien maneja el vehículo.

La ruta comienza a ascender en interminables curvas y contra curvas, una treintañera oriunda del imperio no resiste el mareo y debemos parar al costado del camino. El camino de cornisa se eleva hasta el punto mas alto, conocido como Abra Málaga, a 4.316 mts sobre el nivel del mar,. Nos cuenta el chofer que desde esa zona se larga la promocionada "Mega Avalanche" en bicicletas mountain. A esa altura estamos bastante cegados por las nubes, la majestuosa Verónica nos impactará al regreso.

Promediando el descenso, el asfalto desaparece y la ruta es un camino de tierra decorado por ocasionales piedras producto de algunos derrumbes. Al pasarnos algún vehiculo, el polvo se adueña del momento, desencadenando un coro de toses y comentarios sobre la falta de aire acondicionado en la unidad.

Al cruzar por un casco urbano asentado a la vera de la ruta, nos sorprenden muchos triciclos motorizados, con cabinas para el conductor y 3 personas. Más adelante, hacemos una parada en Ollantaytambo, una población donde hay otras ruinas que nuestro tour, por supuesto, no incluye. A nuestro regreso, el guia nos relataría la historia del nombre del lugar, que eligió para refugiarse Ollanta, un militar que cayó rendido de amor ante la hija del rey inca, relación prohibida por la tradición de entonces.

En la Hidroeléctrica es el transbordo y nos embarcamos en el tren, el paquete pauta los vagones estándar, no nos daban los números para viajar en los “fashion”, con amplios techos vidriados. La formación avanza rodeada de selvática vegetación y nos lleva hasta Aguascalientes, una pequeña población dedicada al turismo, a orillas del río y con aguas termales enmarcadas por verdes montañas andinas.

Recorriendo sus calles en pendiente, me siento en una especie de centro comercial a cielo abierto. Cruzando el río por el puente, un mercado artesanal ofrece similares productos a mejores precios. En la plaza central, la estatua de un inca es el centro de las fotografias. A las 21:00 es hora de ir a dormir, la expectativa es muy alta, mañana debemos levantarnos a las 4:00 para iniciar a pie el ascenso hasta la entrada del complejo arqueológico mas importante de Suramérica y una de las siete maravillas del mundo.