Es la mañana de un nuevo aniversario de la independencia de "las Provincias Unidas en SudAmérica", como consta en el acta firmada en el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816. Estamos recorriendo el trayecto desde Tumbes hacia el límite con Ecuador. El taxista nos comenta que esa ruta, hacia Machala, es muy usada para contrabandear mercancías. Va acompañado de otra persona joven, de bigotitos, que al llegar a la zona de frontera se baja del carro y nos guía x 3 cuadras llenas de venta ambulante. Cuando ubicamos la pequeña estación desde donde parten los omnibuses rumbo a Guayaquily, me solicita una módica suma en soles por el apoyo logístico.
Compramos algo para comer y beber arriba del micro, y nos dan el precio en el billete verde sobre-emitido en casi 20 veces. Es que la economía fue dolarizada en el año 2000, cuando el establishment aplaudió al gobierno de turno que entregó la soberanía monetaria a cambio de una publicitada "estabilidad", que mantuvo en ascenso la emigración a España y EE.UU. principalmente.
5 dólares nos cuesta cada boleto a la "Guayaquil City" a la que le cantaba Mano Negra. El omnibus esta bastante baqueteado, sin aire acondicionado, viajamos con las ventanillas abiertas. Durante varios km del recorrido, a ambos lados de la ruta se extienden interminables plantaciones de bananas. Por estas latitudes, la naturaleza ofrece un clima muy propicio a los cultivos y para reafirmarlo, un vendedor ambulante ofrece frescas ensaladas de frutas invitando a los pasajeros con picardía y a viva voz: "¡enfrútate, enfrútate!"
Comenzando la noche llegamos a la ciudad costera, centro económico del país y gobernada por un alcalde adverso al presidente Correa. Nos sorprende la megaterminal de buses, un moderno edificio que cuenta con un centro comercial anexo y varios pisos desde donde parten los vehículos. Estamos cansados y las mochilas parecen pesar el doble. En el mostrador de informacion, entrando a la zona "shoping", nos dan un par de opciones de hostels. Elegimos la más económica y relativamente cercana. Mientras un taxi nos lleva a destino, la radio transmite desde Quito el triunfo por 3 a 0 de la Liga vs el Internacional de Porto Alegre, por el partido de vuelta de la final de la Recopa Sudamericana. Despues de viajar sin parar desde Lima, el sueño nos vence por una goleada más demoledora que la sufrida por los brasileros.
En la mañana, el malecón Simón Bolívar es nuestro destino inmediato. El trole nos deja a 2 cuadras del Parque Centenario (en la 1ª foto). Enrejado y prolijo, atravesamos el concurrido espacio verde entrando en la importante avenida 9 de Octubre. A mitad de camino, nos llama la atención una actividad que se realiza en plena arteria principal. Una persona critica el accionar del gobierno nacional, acusándolo de atacar la "libertad de expresión" de la prensa. Algunas decenas de personas lo escuchan, quienes estan vestidas con remeras negras estampadas para la ocasión, son parte de su troupe. Además, cuenta con el apoyo de un canal de televisión privado q registra cada una de sus palabras, un amplio gazebo para hacer sombra y el equipo de sonido que amplifica su voz. Como en Venezuela, las empresas comunicacionales transmiten la realidad que quieren. La censura es sólo un fantasma al que el orador, elevando su tono de voz, pretende invocar.
Dejamos a cada loco con su tema, y nosotros seguimos con el nuestro, que es conocer el malecón Simón Bolivar y el Hemiciclo de la Rotonda. Allí nos espera el monumento que inmortaliza el histórico encuentro de Simón Bolívar y José de San Martín. Tenemos que esperar para la foto, esta toma es muy requerida por turistas y transeúntes. Las figuras de los Libertadores de América están acompañadas de ofrendas florales albicelestes, los colores de Argentina y Guayaquil. En la parte superior de la estructura que enmarca la estatua, firmes mástiles enarbolan las divisas de los países que integramos la Patria Grande por la que lucharon ambos líderes.
La costa citadina, a orillas del río Guayas, ofrece una amplia y cuidada explanada, que recorremos de punta a punta. Algunos cientos de metros antes de llegar al final del malecón, flota anclado el buque escuela ecuatoriano. Un centro comercial señala el fin del paseo público. A su lado, amarrado al muelle descansa el Morgan, un barco con bandera pirata que funciona para diversión infantil. Estas últimas modificaciones son obras del actual alcalde, que también pretendió reemplazar el nombre del "antiguo" malecón Simón Bolívar por Malecón 2000. ¿Será que no le gusta el nombre de quien, como escribía Neruda, "despierta cada cien años, cuando despierta el pueblo"?
Pasado el mediodía, preguntamos como llegar a la playa y una joven pareja nos orienta al detalle. Subimos al trole hasta la terminal y desde allí, un bus hasta Playas, sitio publicitado como el 2º mejor clima del mundo. Después de algo más de 1 hora y media de viaje, nos encontramos con el mar Pacífico por primera vez. El agua, que parece algo fría, y el viento, son sólo detalles, y me sumerjo por primera vez en aguas del océano más grande del planeta. Antes de irnos, comemos un plato de mar en un restaurancito playero, mientras el sol cae tras el horizonte. Pasada la medianoche arrancamos en bus desde Guayaquil hacia la capital ecuatoriana.
¡¡enfrutate enfrutate!! ...pensar que estaba hasta hace poco en esos climas caribeños y ahora me cago de frio en bs as!!!! muy buena la entrada gordo, besotesss
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