lunes, 11 de abril de 2011

13 DE ABRIL, EL PUEBLO VENEZOLANO HACE HISTORIA


El 13 de abril de 2002 ocurrió un hecho inédito en la historia no sólo de Nuestra América sino a nivel mundial. Un pueblo se movilizó para frenar un golpe de estado ejecutado por la burguesía fascista local, y pergeñado y apoyado por la principal potencia del mundo, EE.UU. Ante semejante suceso, cabe destacar que el protagonismo y arrojo del pueblo bolivariano en la vida política del país no fue un hecho ni azaroso ni aislado.

Trece años antes, el 27 de febrero de 1989, miles de venezolan@s habían protagonizado la primer rebelión popular contra el neoliberalismo en todo el mundo. Meses después comenzaba a caer la URSS y, sin ese contrapeso, el capitalismo expandía con más fuerza su sanguinario rostro real por todo el planeta. Paquetazos ordenados por el FMI y el BM, privatizaciones, represión de los reclamos sociales, concentración de riquezas, fugas de capitales, hambre y miseria eran las huellas que esparcía. Y en Venezuela, el Caracazo le espetó en la cara a ese modelo de muerte que el pueblo no se calaría semejante atropello. Incluso el aparato represivo de la Cuarta República se fracturó ante las necesidades del pueblo. La policía fue totalmente superada y hasta hubo uniformados que organizaban filas para que los saqueos fueran ordenados, y otros fueron apresados por negarse a "actuar". El gobierno ordenó la represión y sacó a la calle a las FF.AA.. El fuego de metralla de las tanquetas sobre la población sintetiza para la historia cual es la respuesta cuarto republicana a los viscerales reclamos populares que rechazaron tanta injusticia.

En el seno de unas FF.AA. fisuradas por la masacre de miles de venezolan@s desarmados, crecieron las voces de rechazo a tanta opresión. Tomando como estandarte al Libertador Simón Bolívar, un grupo de patriotas se organizaba en su seno y el 4 de febrero de 1992, se levantaron en armas contra el gobierno de CAP. La derrota militar de los insurgentes se transformó en una victoria política gracias a menos de 2 minutos de tv, y permitió presentar al líder de la insurrección bolivariana ante las masas venezolanas. Después de décadas y décadas de meras evocaciones vacías, comenzaba a resurgir en toda su magnitud el espíritu del Libertador. La esperanza de ese influjo en una rica e inmensamente desigual Venezuela le abrió el camino a las mayorías, que hicieron llegar a Hugo Chávez a la presidencia de la República, aun cuando la gran prensa silenció en gran medida su campaña pre-electoral, aún bajo el ordenamiento de una Constitución moribunda y con el esquema de la democracia burguesa.

En 1999, esas mismas mayorías movilizadas participaron activamente discutiendo y aprobando por referendum la nueva Constitución. Modificaron las reglas de juego del país implantando un programa político popular con rango de Carta Magna, siendo y sintiéndose parte de la revolución que nacía por ese entonces. Es en este marco de protagonismo de las clases subalternas que el 13 de abril el pueblo venezolano estuvo a la altura del momento histórico y dio un ejemplo que atravesó el mundo. Las cúpulas empresariales, eclesiásticas y militares ejecutaron un golpe de estado a la perfección, aprovechando las debilidades del gobierno y de las fuerzas populares, y contando con una monolítica manipulación mediática como protagonista central. Entonces, los medios alternativos no estaban muy organizados en los sectores revolucionarios. De la prensa internacional, sólo la “Mesa Redonda” cubana alertó sobre el golpe de estado. En medio de aquella álgida lucha social nace Aporrea.org por ejemplo, portal no gubernamental de política revolucionaria más visitado de internet en Venezuela. Actualmente distintas opiniones destacan el rol de los medios alternativos y comunitarios durante el golpe, pero no podemos olvidar que principalmente el boca a boca y los motorizados que surcaban calles y cerros contactando a las barriadas, aun arriesgándose ante la represión, suplieron carencias del frente comunicacional y permitieron ir reorganizando al pueblo para enfrentar el quiebre constitucional que pretendía imponer la burguesía fascista.

Ese fue el único elemento que se le "escapó" de la ecuación a los golpistas, el pueblo venezolano. Estaban convencidos que manipulando mediáticamente el accionar de francotiradores y la PM en la masacre de Puente Llaguno, una "sociedad civil" conformada mayoritariamente por "ciudadanos de a pie" aislados e individuales, no se articularían para defender al "regimen depuesto". Aplicando la política de “cero chavismo”, no sólo sacaron del aire al Canal 8, único medio de alcance nacional, también fueron atacadas Radio Catia Libre y Catia TV, Radio Perola entre otras, en una silenciada ofensiva contra la prensa comunitaria. Se atacaba la voz de las mayorías, silenciadas por décadas durante la democracia burguesa puntofijista. "Tenemos nuevo presidente" anunciaba Venevisión en la mañana del 12 de abril, y otro personero se regodeaba en las mieles de una aparente victoria: “Gracias medios de comunicación”. Su rol parecía haber sido determinante. Y el mismo 12, estas emisoras callaban la caza de brujas de funcionarios del gobierno y la represión en las calles emitiendo comiquitas.

Pero las bases revolucionarias no creían la versión difundida por estos medios privados sobre la ausencia del Presidente. El sábado 13, coreando "No ha renunciado, lo tienen secuestrado" comenzaron a ganar las calles y a concentrarse de a miles en distintos puntos neurálgicos del país, entre ellos el Palacio de Miraflores. La conciente respuesta dada con las movilizaciones fue determinante. Los mandos medios de las F.A.B. desacataron las instrucciones golpistas de sus jerarquías “pitiyankis” y, como bolivarianas, comenzaron a plegarse junto a sus propias raíces, junto a su puebo. La recuperación del Canal 8 fue un punto de quiebre al golpe, y junto a la retoma de Miraflores y el rescate del Presidente Chávez de las garras cipayos, marcaron los momentos más altos de la unión Pueblo-Ejército bolivariano durante aquellas jornadas.

Sobre la debilidad comunicacional de las fuerzas revolucionarias antes de abril de 2002 y la posterior multiplicación de medios, en abril de 2005 el periodista Modesto Guerrero comparaba que antes del golpe había ”sólo tres medios alternativos web, dos canales de televisión, uno que llegaba a medio millón de personas en Caracas, Catia TV, y 22 radios. Hoy hay 323 en la ANMCLA y otros 24 agrupados en otra organización.”(1) En marzo del 2008, el entonces ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información, Andrés Izarra, declaraba que había más de 480 medios de comunicación comunitaria y popular.(2) El crecimiento no se detuvo, y el gobierno asumió las tareas de formación y financiamiento para medios de alcance local, nacional y hasta internacional, como TeleSUR. "El arte de vencer se aprende en las derrotas" decía Bolívar. Y el golpe de abril mostró la vital necesidad de contar con trincheras mediáticas revolucionarias, desde el estado y desde las comunidades, para comunicar y organizar como también para desarrollar la conciencia crítica y afilarnos en la cotidiana lucha contra el arsenal ideológico de la burguesía. Desde sus medios no sólo manipulan nuestras mentes en el marco de las guerras asimétricas, y pretenden justificar las cruzadas imperialistas contra Irak, Afganistán y Libia. Sus permanentes apuestas al escepticismo, facilismo, consumismo, individualismo, son las armas ideológicas capitalistas con las que buscan oradar la confianza de nuestros pueblos y el futuro socialista a construir. De nosotros depende que el viejo sistema explotador termine de morir y que el nuevo modelo que lo supera termine de nacer.



Notas:
(1) http://www.periodismosocial.org.ar/notacompleta.cfm?id=1474
(2) http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?3954



@julianlautaro

Buenos Aires.

29 de marzo de 2011.
En Cuadernos Ideológicos Nro. 3. Mérida, Venezuela. Abril, 2011.
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