En la mañana del 11 de julio, el bus nos deja en una pequeña estación de la empresa de transporte, la terminal principal esta más alejada del centro de la ciudad. Conseguimos un hotel a pocas cuadras, algo escondido y económico. Comenzamos a desempacar las pesadas mochilas para una ducha reparadora. Dormimos poco en el viaje, la temprana siesta se impone.
Buscando conocer mejor la situación nacional ecuatoriana, hacemos zapping en la tv. En la emisión de Vanguardia, programa del Magisterio de la Unión Nacional de Educadores del Guayas, el editorialista afirma que cuando un pueblo quiere a su presidente, sale a defenderlo, como los hondureños movilizándose contra el golpe y por el regreso de Mel Zelaya. Y compara esa situación con la de su país, recalcando el impacto negativo que genera la presencia de inescrupulosos "personajes arribistas" en el gobierno nacional. La UNE es el sindicato más grande del país.
También vemos fragmentos del habitual programa semanal del presidente Correa. Con un estilo irónico y batallador, y enfrentando una oleada mediática adversa, cita entre otras cosas, grotestas tergiversaciones intencionales de las empresas de prensa sobre distintos hechos que marcaron a la sociedad ecuatoriana recientemente.
En un canal privado, un "prestigioso periodista independiente" que trabaja a sueldo para esa empresa, defiende apasionadamente el golpe de Estado en Honduras. En el segmento anterior, otro opinólogo comentaba sarcásticamente las alocuciones críticas de Rafael Correa sobre el rol de los medios y su manipulación de la realidad.
En la tarde salimos a caminar por el centro quiteño. En la plaza de la Independencia, varias personas discuten de política alrededor de un cartel sostenido por 2 o 3, donde aparecen retratados todos los empresarios y políticos que vaciaron el país en las últimas décadas. Para mi sorpresa, la imagen de Correa también aparece, aunque con un signo de interrogación abajo. Estas muy pocas personas manifiestan sus dudas frente a la casa de Gobierno, y nadie les dice nada. ¿Donde esta la censura que gritaba el guayaquileño? Deberá ir a buscarla a alguna sesión espiritista.
En la zona céntrica todo cierra temprano, y terminamos yendo a la calle Calama, donde nos recomiendan que hay varios sitios para "rumbear". Es la primera noche que salimos a bailar durante este periplo suramericano. La mencionada arteria es una versión mas reducida de la Alem marplatense. Sitios medianos o chicos uno al lado del otro, no cobran entrada y publicitan ofertas de tragos en pizarras a la calle. A pesar de ser sábado a la noche, no vemos demasiada gente; para los que conocen el oeste bonaerense, la Gaona en Ramos Mejía es muchísimo más transitada. La vida nocturna termina temprano x estos lares, y antes de las 3:00 estamos regresando al hotel.
En la zona céntrica todo cierra temprano, y terminamos yendo a la calle Calama, donde nos recomiendan que hay varios sitios para "rumbear". Es la primera noche que salimos a bailar durante este periplo suramericano. La mencionada arteria es una versión mas reducida de la Alem marplatense. Sitios medianos o chicos uno al lado del otro, no cobran entrada y publicitan ofertas de tragos en pizarras a la calle. A pesar de ser sábado a la noche, no vemos demasiada gente; para los que conocen el oeste bonaerense, la Gaona en Ramos Mejía es muchísimo más transitada. La vida nocturna termina temprano x estos lares, y antes de las 3:00 estamos regresando al hotel.
El domingo, cerca del mediodía, compramos en la terminal los pasajes hasta Tulcán, y de allí, trole mediante, volvemos a las cercanías de la Plaza de la Independencia. Encontramos una casa de comidas italiana, donde deleitamos paladares con unos helados espectaculares. Casi todo cerrado. Lau quiere comprar algunos recuerdos y tenemos tiempo, en la feria artesanal continua el recorrido. Muchos y angostos pasillos son transitados mayoritariamente por turistas del "first world". Los pequeños locales, abarrotados de mercaderías, ofrecen bastante variedad de productos, aunq no como en Bolivia. Una remera estampada con un dibujo "musical" de Guayasamín es mi adquisión.
Cae la tarde, la feria está cerrando y tenemos hambre, así que regresamos al mismo sitio de antes y nos catigamos con una pizza contundente. Caída la noche, caminamos a la plaza. Nos llama la atención que, siendo mas de las 20:00, dos grupos de más de 10 personas cada uno, discuten acerca de la realidad política. Si bien desde distintos sectores populares se le piden mayores definiciones al Ejecutivo, Correa es el 1º presidente ecuatoriano elegido por mayoria simple en 30 años, en un país donde entre 1996 y 2006 ninguno terminó su mandato. Surgido como referente contra la entreguista politica tradicional, carece de una organización política pre-existente, y debe conformar una nueva, Alianza País, donde se suma de todo, incluyendo arribistas no deseados por el pueblo. De todas formas, Correa ha tomado decisiones de peso importantes como la no renovación de la base militar yanqui en Manta y su alineación al ALBA, además de apoyar el Banco de Sur entre otras.
Mientras seguimos escuchando las apasionadas conversas de fondo, tomamos las fotografías que ilustran esta entrada en los alrededores de la plaza, el Palacio de Carondelet, el Monumento a los Héroes de la Independencia. Algunas familias que transitan por el lugar, también se retratan junto a la escultura. Antes de las 22:00, nos vamos a buscar las mochilas y desde allí a la terminal. El bus sale a las 23:30 hacia la ciudad fronteriza. Tras 260 km sin inconvenientes, llegamos antes de las 5:00 a Tulcán. Esperamos durmiendo en las butacas, como el chofer y su acompañante, hasta las 6:00, hora en la que habren el puesto migratorio para sellar la salida de Ecuador y entrar a la conflictiva Colombia.
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